Nuestra Historia
A mediados del siglo XX, en las tierras onduladas de Requena, la familia Reyna Domenech tomó una decisión que marcaría generaciones: transformar una finca familiar en una plantación de vid. Movidos por la visión de un futuro arraigado en la tierra, comenzaron a labrar los suelos con esmero, guiados por la tradición agrícola de la comarca y un profundo respeto por el ciclo de la naturaleza.
Lo que comenzó como un esfuerzo humilde fue tomando forma con paciencia y propósito. La familia no sólo plantaba vides, sino que cultivaba un legado. Cada parra se alineaba con la idea de permanencia, de un proyecto que trascendería el tiempo y las circunstancias. La finca se convirtió poco a poco en un lugar de trabajo constante, de silenciosa espera.
Esa espera no era casual. Se decía en voz baja que la familia se preparaba para la llegada de alguien especial. Y así fue como, con esperanza casi ceremonial, nació Don Álvaro Maestre Reyna, el elegido. Su llegada marcó el inicio de una nueva etapa: la continuidad de una visión familiar convertida en vocación. Él crecería entre viñas que llevaban su apellido en cada hoja.